Cuando vivimos momentos difíciles se produce una extraña “experiencia del tiempo”, nos parece que esa situación es eterna, y que el tiempo se detiene.
Quizás en algunas situaciones no podemos cambiar lo que sucede en el entorno, pero siempre podremos ELEGIR, cómo nos relacionamos con él y como gestionar las emociones que emergen.
Una de las respuestas es comenzar a luchar contra ellas, esforzarnos por no sentir la ansiedad, la ira, la depresión, la tristeza. Nos dijeron que éramos luchadores y que tarde o temprano ganaremos.
Olvidaron decirnos que las emociones son pasajeras, que si dejamos de combatirlas, si cesamos la lucha se irán más rápido. También olvidaron enseñarnos que hay otros caminos para transitar las dificultades, caminos más amables y que podemos ganar sin hacer esfuerzo.
Cuando luchamos apretamos nuestros dientes, cortamos la respiración, nos tensionamos, agachamos la cabeza y seguimos adelante.
La propuesta hoy es cesar la lucha, ELEGIR dejarlas en LIBERTAD, aflojar la tensión, primero física y luego emocionalmente.
¿Cómo hacerlo?
Solo 3 pasos:
1. Observar las emociones que están presentes
2. Respira la emoción, sin juzgarla.
3. Siéntela y déjala estar.
Con esta práctica descubrirás que cuando habitas la emoción esta fluye y se libera. Cuando luchas para no sentir lo que sientes, esta se cronifica y persiste.
LIBERTAD … es movimiento, es fluir con lo que sentimos aquí y ahora.
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